La Voz de César Vidal

La Biblioteca: Fernando de Herrera - 05/12/24

César Vidal, Sagrario Fernández-Prieto

Con Sagrario Fernández-Prieto.

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En nuestro recorrido por los clásicos de la literatura española continuamos hablando de Fernando de Herrera, nacido en el siglo XVI en Sevilla, donde estudió lenguas clásicas y modernas y los grandes saberes humanísticos que hicieron de él uno de los hombres más doctos de su tiempo.


¿Te has preguntado alguna vez cómo la poesía del Renacimiento español llegó a ser tan rica y diversa? Acompáñanos en un fascinante recorrido por la obra de Fernando de Herrera, donde junto a doña Sagrario Fernández Prieto, discutimos cómo este destacado poeta logró la nacionalización del petrarquismo y el italianismo en la lírica castellana. Examinamos la manera en que Herrera incorporó temas patrióticos y religiosos con los más tradicionales eróticos y pastoriles, superando las composiciones de Garcilaso de la Vega con su estilo caracterizado por una increíble opulencia verbal y complejidad sintáctica.

Para cerrar nuestro viaje literario, te invitamos a descubrir la belleza de un madrigal del siglo XVI, una joya musical que nos transporta a tiempos pasados llenos de arte y sentimiento. Agradecemos a don César por su valiosa contribución, y reflexionamos sobre el impacto de estas obras clásicas en nuestra vida diaria. Esperamos haberte inspirado y que continúes explorando con nosotros en futuros episodios, donde la lírica y la música clásica nos seguirán envolviendo con su magia y belleza. Que la poesía de Herrera y la música del siglo XVI sigan iluminando nuestros días.

Speaker 1:

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Speaker 3:

La Biblioteca con Sagrario Fernández Prieto. Estamos de regreso y estamos de regreso, ya lo saben ustedes, vamos deseando tomarnos un respiro de cultura porque vaya programa que llevamos hoy, realmente un programa intenso, intenso, y donde nos vamos a tomar mejor un respiro de cultura que en la biblioteca de doña sagrario fernández prieto, que ya nos está abriendo las puertas. Muy buenas noches, doña sagrario. Que nos trae usted hoy?

Speaker 4:

Muy buenas noches, don César. Vamos a continuar con este recorrido de los clásicos que hacemos una vez al mes. La última vez nos quedamos hablando de Herrera. Pero quedaban cosas interesantes que decir de Herrera, porque además, en esta época, hacer alusión a un escritor, a un personaje, es hacer alusión a muchos otros, a una forma de vivir, de estar, a los movimientos de la época, de modo que vamos a seguir con Herrera y yo creo que ya hoy acabaremos con él, en el buen sentido de la palabra, por supuesto, así que continuamos. Ahora hablamos de la obra lírica de Herrera, una obra que se podría sintetizar aludiendo a la posición de Herrera dentro de la lírica castellana. Dentro de esa lírica podría decirse que representa la total nacionalización del petrarquismo y del italianismo. Estos días hemos hablado a menudo de estos movimientos que fueron introducidos en España por Boscan y Garcilaso durante el primer renacimiento y que son llevados ahora, en el segundo, a su estadio de mayor enriquecimiento y madurez. La obra de Herrera supone, sobre la de Garcilaso, una ampliación temática que es fundamental porque da entrada a los motivos patrióticos y religiosos, junto a los motivos eróticos y pastoriles, que son los únicos que tienen cabida en su lírica. Pero aunque esta ampliación de temas es un factor indudablemente de gran importancia. El aspecto de mayor novedad, desde el punto de vista esencialmente estilístico y formal, introducido por Herrera, consiste en la intensificación de los recursos poéticos y en el enriquecimiento idiomático, a la vez que la multiplicación de los cultismos latinos, una mayor complicación sintáctica y la tendencia esto también es muy significativo la tendencia hacia el énfasis retórico, cierta grandilocuencia, incluso, a veces podemos decir, sienta suntuosidad, opulencia verbal también podríamos decir y a la vez acumulación y brillantez de las metáforas. No podemos olvidar nunca y esto nos recuerda que estamos con personas que estudiaban mucho y que leían muchísimo y que tenían muchísimas influencias, de modo que toda la producción literaria de esta época es enormemente rica en sí por las personas que escriben y por las influencias que van recogiendo por todas partes. Además, son personas que leen muchísimo, son muy cultas y todo eso lo van asimilando y lo van mostrando en sus propios escritos. En este caso, si comparamos estos rasgos de la lírica herreriana con, por ejemplo, la armonía y la serenidad de Garcilaso, las diferencias parecen extraordinarias. Incluso es posible situar a Herrera en relación con la trayectoria poética iniciada por aquel, por Garcilaso, en el primer renacimiento. Se comprende bien que algunos críticos lo hayan afirmado así y también se explica que más tarde, el propio Quevedo editará Garcilaso como antídoto contra los excesos de los cultos. Así editó Quevedo a Garcilaso como antídoto contra los excesos de los cultos. Así editó Quevedo a Garcilaso, antídoto contra los excesos de los cultos.

Speaker 4:

Pero la lírica de Garcilaso, dentro de su indudable sencillez, llevaba en sí el germen inevitable de toda futura complicación, desde el momento en que se introducía un mundo lírico compuesto de artificios de belleza, de exquisiteces, de elegancias elaboradas en moldes que son los moldes, en realidad, de la poesía petrarquista. Es una poesía de tal modo refinada y de tal excelencia que, precisamente en ese refinamiento, exigía de los continuadores una intensificación cada vez mayor para dejarse oír en una esfera tan elevada ya por el maestro, de modo que cuando, tras el primer periodo renacentista, cede el ejemplo de la mesura clásica y comienza a manifestarse la peculiar tendencia española al énfasis, a la abundancia, imaginativamente en la opulencia culta y difícil de la poesía herreriana. Herrera, pues, representa el puente que enlaza el mundo lírico de Garcilaso, sencillo en su dificultad, es decir, es aparentemente sencillo, nada más, con la intrincada selva barroca de Góngora. Una intensificación a que conduce por su parte, como un proceso lógico, todo el acrecentamiento poético de Herrera. No existe por lo tanto, de Garcilaso a Góngora, desviación de camino, sino una gradual ascensión, una condensación creciente, reforzada por momentos, de los gérmenes esparcidos por la lírica garcilasista.

Speaker 4:

Entre Garcilaso, herrera y Góngora no hay esenciales diferencias de cualidad, sino de cantidad y de grado. Son tres grandes poetas, con la diferencia de que no todos escribieron tal cantidad como pudieran ser Herrera y Góngora. Garcilaso murió muy joven, ya lo sabemos, y le dio tiempo a escribir menos. Al comparar a Herrera con Garcilaso, advertimos que Herrera supone un retroceso respecto a éste en orden a la equilibrada perfección a que hemos aludido. La perfección de Garcilaso lo comentamos en su día es maravillosa esa delicadeza, esa facilidad con que van naciendo sus versos. Garcilaso representa una cima que se va a erguir ya para siempre, sobre todos los cambios de la época, de su época y de las épocas sucesivas. Incluso cuando hay disputas de escuelas diferentes a lo largo de los siglos, garcilaso siempre se queda aparte, siempre se salva, porque no hay nada que objetarle.

Speaker 4:

Nunca a Garcilaso. Pero en fin, todos estos excesos, cuando vemos la obra de Herreraera, nos encontramos con que su obra es un esfuerzo para hacer crecer la belleza por la belleza misma. Él tenía una profunda cultura, él leía mucho, había leído mucho, conocía a sus contemporáneos y a los anteriores y él lo que quería era llegar a la belleza por la belleza, sin que la belleza tuviera que hacer referencia o ser producto de determinados encargos, situaciones, personas que le protegían, etc. Ese fue la gran aspiración de Herrera, que quería convertirse en el poeta épico español que emulase a los poemas de la antigüedad clásica o los que estaban entonces muy de moda, que eran los de la Italia renacentista. Y este era el afán de Herrera y la trayectoria de su vida hasta este momento.

Speaker 4:

Pero un pero muy importante en la vida de Fernando Herrera. El pero tiene su nombre, que fue la Condesa de Gelbes. Herrera se enamoró apasionadamente de la Condesa de Gelbes y a partir de ese momento varió el rumbo de su obra, porque despertó la vena lírica y sentimental que había dentro de él y que hasta ese momento no había tenido ocasión de demostrar. Tuvo que llegar la vida directamente en forma de esta hermosa señora de la que se enamoró, la condesa de Helves, para que le hiciera sacar esas posibilidades que tenía dentro, para que cambiara su forma de escribir y que se dedicara, a partir de ese momento, a escribir de otra manera, con más sentimiento, con más naturalidad. Naturalidad incluso en algunos momentos.

Speaker 4:

Algunas de sus composiciones descubren el pesar que él siente porque ha abandonado su anterior tarea, de modo que él era muy consciente de que había habido un cambio de rumbo en su escritura y a partir de ese momento iba a escribir de otra forma diferente. Esto no es muy habitual, no lo ven tan claro la mayoría de los autores, pero él sí. De hecho hay unos versos en los que dice yo entonces, en mis males ofendido, puse en olvido al belicoso Marte y los fieros gigantes fulminados, momento, dice la memoria. Los hechos valerosos, las columnas del fiero armado marte, los trofeos alzados que en rocío sangriento manan la destreza y arte de los ínclitos pechos generosos, que baño, betis, tajo y duero frío aquí aspiraba el rudo canto mío, oscurecidos yacen en el olvido. Sólo es amor mi canto. Todo lo anterior y hace oscurecido en el olvido. Y el último verso repito sólo es amor mi canto.

Speaker 4:

De modo que las creaciones épicas fueron abandonadas para volcarse en esta pasión tan absorbente, tan absorbente por la, por la marquesa, esta pasión tan absorbente por la marquesa. Y quizá hay que tener en cuenta que también empezó en su ánimo, que cuando él empezó a cambiar de estilo y empezó a publicar estos versos, sus amigos se volcaron en estos versos. Les pareció que eran muy buenos, le gustaron más que todo lo que había escrito anteriormente, le animaron de modo que, por una parte, el gusto de escribir algo que te sale del corazón y que estás dedicando a alguien a quien amas, unido al hecho de que esté gustando en general a todo el mundo, pues le hizo seguir por ese camino. Era el hombre enamorado que no podía ahogar del todo al poeta profesional que él era, o sea que conservaba esa facilidad profesional que él tenía para escribir poesía, pero al mismo tiempo, tenía que tener en cuenta esos sentimientos que no había podido notar antes porque no los había tenido, o sentir antes porque nunca los había sentido.

Speaker 4:

Así que, a partir de este momento, la lírica de Herrera puede estimarse como hace Herrera para distinguir sus periodos él mismo distinguió todo lo que había hecho en su vida, lo dividió en periodos y vio claramente cuál era la diferencia. Y vio un periodo de esperanzada ilusión, vio un periodo de gozo, cuando cree haber sido correspondido, y vio un periodo de doloroso desengaño al comprobar el desvío de la amada. De modo que este es el proceso y la importancia que tiene esta proyección sentimental, digamos. Y la importancia que tiene esta proyección sentimental, digamos, consiste en comprobar que, pese a la tupida red de retórica petrarquista de la época, que él mismo había utilizado.

Speaker 4:

Existe en la lírica amorosa de Herrera un elemento que es de verdad, hondamente sentido, que le defiende en buena parte de las habituales convenciones, de los habituales convencionalismces de la técnica. Estamos ante la presencia de una auténtica pasión, una auténtica pasión incluso sexual, que también aparece en las obras de esta época y que determina la vibración personal que traspasa toda la poesía de Herrera. Es decir, es un cambio tan importante en la vida personal de Herrera como importante en la poesía de la época. Alguien que se atreviera a abrirse en canal mientras escribía, a dejar de hacer lo que ya estaba teniendo. Éxito a dejar de hacer lo que ya le aplaud. Éxito a dejar de hacer lo que ya le aplaudían para atender a sus propios deseos y a sus propios sentimientos y desahogarse en ellos todo lo que sentía porque se había enamorado de una mujer. De modo que es una trayectoria muy interesante, la de Herrera no-transcript.

Speaker 3:

Interesantísimo todo lo que nos ha estado contando usted hasta ahora, y no me cabe la menor duda de que no va a ser menos interesante lo que nos cuente usted en el futuro. La verdad es que es muy bonito, realmente es muy bonito. Nos acerca a una época realmente hermosa y yo le voy a dejar una pieza, porque es importante, le voy a dejar a usted una pieza de música renacentista española, concretamente le voy a dejar el Madrigal XIV y en fin, para que nos metamos del todo en ese renacimiento, Un abrazo muy fuerte, Doña Sagrario, y nos encontramos el lunes de la semana que viene. Dios me dio.

Speaker 4:

Muchas gracias, don César, y por ese madrigal que es maravilloso, lo conozco, y hasta la semana que viene La.

Speaker 2:

Iglesia de Jesucristo, de los Santos de los Últimos Días, ¡gracias. No ya ves, no ya perdona, no ya sabé, no ya sabré ni valor. No ya sabré ni valor. La fortaleza, la fortaleza.

Speaker 3:

Y con este bellísimo madrigal del siglo XVI hemos llegado, nosotros, al final de nuestra singladura de hoy del programa La Voz. Esperamos que lo hayan pasado bien, esperamos que se hayan entretenido, que incluso hayan aprendido una o dos cosillas útiles, y los emplazamos para mañana, dios mediante, en el mismo lugar y a la misma hora Y, como siempre, nos despedimos con una despedida sureña God bless you. Que Dios los bendiga.

Speaker 1:

El programa La Voz es una producción de Artorius Incorporated y al amparo del derecho a la libertad de expresión, no se hace responsable de las opiniones vertidas en el curso del mismo ¡Gbrazo, ¡gracias por ver el video.

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